Madre Negra, padre blanco: la herida del mestizaje

Confesión de una artista negra-caribeña-migrante

Acabo de ver la película de Bob Marley y su historia de Madre Negra y padre blanco.
Me destruyó el alma. El cuerpo de Bob y el mío son eso que España dijo de Madre Negra, padre blanco: mulato.
El alma es eso que está entremedio del cuerpo y espíritu.
Si España acierta, y la raza existe, entonces Madre Negra tiene el alma rota por padre blanco.
Tantos espíritus ancestrales lacerados tenemos incrustados al alma.
Tantas almas quebradas apretando nuestros cuerpos amulatados (nombrados).
Nuestra carne impura siente, colectivamente, hematomas existenciales.

Normalmente, si pensamos quienes somos nos recordamos a las madres.
Pero ahí está siempre el padre acechandote.
Como en la recurrente pesadilla de Bob Marley, permanentemente quiero escapar de él.
Quiero arrancarme la piel y olvidarlo.
Pero imposible.
Para eso tendría que reencarnar y seguir transfiriendo la agonía de aquellos hematomas existenciales.
Madre negra y padre blanco, vaya conmoción.
Se hereda en el espíritu el dolor inteligible de tu Madre Negra, Abuela Negra, Bisabuela Negra y hasta de tu Tatara Tatara Abuela Negra.
En muchas ocasiones tu alma se llena de fuerza mal llamada resiliente
pero la injuria epistémica-parásita de padre blanco no cesa.

Toca hacer tregua, necesito libertad.
Así como no planeé ver esta película, que me reventara el alma, tampoco.
Madre negra, padre blanco.
Siempre había escuchado la historia de este caribeño desde el punto de vista documental, pseudo objetivo.
Porque la objetividad no existe.
Pero otra vaina es ver imágenes de sentimientos.
La escena recurrente de Bob siendo un niño y corriendo con angustia por un campo lleno de matas incendiadas de caña de azúcar en Jamaica es, insoportablemente, familiar.
En ese canaveral, a la vez, corría su padre blanco en un caballo, pero acechandole como una maldita pesadilla.
Tantas personas hijas de Madre Negra en resistencia en el Caribe
mientras padre blanco, a caballo y en conquista?
Que fuerte la herida esclavista que dejó Europa en nuestros cuerpos. 

Hace poco, unos hermanos africanos, y descendientes estuvimos reflexionando sobre nuestras relaciones con nuestros padres.
Da la casualidad que todas eran traumáticas.
La herida de nosotras las personas amulatadas,
El activismo me ha despertado la conciencia de ello.
Sobretodo, con el poema Querer a Papá de Rioko Fotabon en su poemario Y quien repara este dolor?
Maldito activismo.
Aquella noche de reunión, fue de esas que te marcan. Madre Negra, padre blanco.
Recuerdo cuando padre blanco le escupió en la cara a Madre Negra, recuerdo cuando madre blanca de padre blanco dijo de mí cuando nací: ay salió negrita, recuerdo cuando padre blanco le reventó un ventilador a Madre Negra en la cabeza y dejó a Madre Negra con sangre ancestral cayendo, a mi me dejó sin habla por 2 anos a mis 2 años aquel asesino a caballo en conquista.

Que los cuerpos de las personas socializadas como mujeres suelen ser ese canaveral.
Pero, no cualquier mujer universal homogénea.
Madre Negra siempre es y padre blanco siempre fue.
CIStema de castas de España que siempre edifica a Madre Negra, Madre Originaria, Madre Racializada y padre blanco.
Suciedad, impureza, mula, dos aguas, puente, ambigua, misterio, mística, exótica, y lo mejor de los dos mundos, pero ni el aquí ni el allá. Sospechosa. Inmoral. Indecente.
No puedo arrancarme la piel.
Ni los pelos, quizás plancharlo.
Pero a quien engañas? canto e`café con leche.

Respiro.
Me detengo y recuerdo que el alma es el vínculo entre tu cuerpo y el espíritu.
Recuerdo la tregua que hace Bob Marley al final de la película con padre blanco, en ese infierno de cañaveral, para destruir la esclavitud mental a la que el cantante se referìa.
Esto no es una carta de perdòn a padre blanco.
Esto es una declaraciòn de sanaciòn.
Y aunque me destruya el alma, destruirte es, para mí, deshacer.
Deshacer la subordinación generacional que habita en la permanente herida colonial de cuerpos amulatados.

2 respuestas a «Madre Negra, padre blanco: la herida del mestizaje»

  1. Lézin

    Bravoooo, Melaza! Gracias por este profundo y contundente texto. Realmente, no me sorprendes, tienes muchas capacidades, por eso ánimo!!!

    1. Muchas gracias Lézin, me emociona mucho tu comentario!

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